Sin perder su espíritu autentico y antiguo, el Karatedo más que un sistema de combate, es una filosofía de vida que nos permite conocernos a nosotros mismos, desarrollando cualidades y virtudes, estableciendo objetivos y afrontando los retos de una manera positiva, siendo la técnica de pelea el camino para el desarrollo íntegro del practicante.
Durante el entrenamiento del Karatedo se realizan ejercicios que permiten el desarrollo de la elasticidad, velocidad y fuerza. Es un arte marcial completamente efectivo en situaciones de defensa reales, ya que en su forma tradicional no existen golpes prohibidos y el golpe se proyecta con toda su fuerza a los puntos más vulnerables del cuerpo, por lo que durante su entrenamiento se detienen antes del contacto.
Contrario a la creencia popular, el Karatedo no es una disciplina violenta, en el se fomenta el respeto y su base filosófica es evitar el conflicto. El practicante nunca usa su conocimiento para herir a alguien y se utiliza como ultimo recuso para preservar la integridad del individuo o de sus seres queridos, no para demostrar nada ante su agresor ni para exaltar su ego. Si alguien se dirige a un practicante de Karatedo en busca de pelea, él no responde a su agresión, ya que se encuentra física y mentalmente más preparado y sobre todo, evitará la pelea.